Ojos que sueñan con ser espejos
--para que nadie pueda ver dentro de ellos-
labios que desean gritar todos sus secretos,
muñecas que esconden -tras pulseras- heridas abiertas,
piernas cansadas de buscar un camino,
manos que se aferran a viejos deseos extinguidos
y un corazón que ya solo late
para hacernos creer que seguimos vivos.
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